viernes, 21 de junio de 2013

Señora de las cuatro décadas

Ayer mi mamá me contó una hermosa historia:
Un viernes como hoy, pero hace 40 años, estaba en su casa de Santa Cruz casi Santa Catalina. Hacía un día que había ido a visitar a una prima que había estado internada, y ésta le preguntó: 
- ¿y vos, para cuando?
Mi mamá le dijo que ya tenía fecha pero que todavía no pasaba nada. El viernes a la mañana, de repente empezó a sentir contracciones y como eran cada vez más fuertes le pidió al marido que la acompañe al hospital. El colectivo 9, que hoy no existe más en Posadas, era el que la llevaría al Madariaga. Como no venía, decidieron tomar otro colectivo que los dejara más cerca, por Uruguay. Allí, nuevamente no venía el colectivo así que, como las contracciones seguían aumentando, decidieron tomar un remis, el cual fue tan inteligente de dejarlos en el portón de López Torres, desde donde mi mamá, a punto de dar a luz, tuvo que caminar 400 metros y subir dos pisos hasta Maternidad.
Una vez allí le dijeron que espere en una camilla en una habitación que le asignaron, al lado había otra mujer que con un trabajo de parto más fuerte gritaba:

- Ay mamáaaa, mamáaa!!
 y la enfermera le contestó: 
- Para hacer al bebé no la llamaste a tu mamá, y ahora gritás "mamá". 
Mientras, mi mamá le mandó a su marido a comprar el algodón que se había olvidado, y como en aquella época era un producto escaso, tardó bastante. Entonces, ella llamó a la enfermera nuevamente para decirle que ya venía la nena, que si la podían atender, a lo que la enfermera le preguntó: 
- ¿cuántos hijos tenés?
- Es la primera.- Contestó mamá. 
- ¿Entonces cómo sabés que ya viene?.- Insistió la otra mujer.
Al momento, la enfermera le levantó el camisón y vio que ya estaba saliendo la cabeza de la bebé.
Entonces, la atendieron rápido, llevándola a la sala de parto, donde no llegaron a cambiarla de camilla porque la nena ya quería llegar sin más demoras a este mundo. 

Dice mamá que cuando el marido volvió de irse a comprar el algodón, ella ya estaba con su hija en brazos ¡Había escasez de algodón!
Esa nena hoy cumple 40 años, y es una de las personas más especiales en mi vida, mi hermana mayor, a quien amo y extraño con el corazón. Y sólo espero que la vida nos regale 40 años más para seguir compartiendo hermosos momentos de abrazos, mates y charlas.




sábado, 8 de junio de 2013

Molestias

Mi ser, mi mente, mis dedos, se disponen a liberar algunos molestos sentires. Tengo súbitas, subrepticias, y poco sabias sensaciones.
Delirios, ideas, ideales, ideologías, proyectos, se resbalan por sinuosos canales hacia una profundidad sin visible final.
Aún no veo el fondo, pero sé que voy hacia allá, pensando de antemano como tomar el camino de regreso, hacia arriba, hacia un piso firme o hacia otra nube, lejos, a lo alto, desde donde contemplar cada uno de los milagros presentes a la vista de mis ojos.
Agobio, saturación, aplomo, impotencia, desorden, contracturas, todo suma rumbo abajo.
Ayuda, pido ayuda a gritos en este vacío oscuro. Alguien, nada, nadie me escucha.
Lo siento venir, aunque no me quiera ir, será lo que deba ser.
Dejo lo que sentí, lo que fui, todo fue real.


domingo, 10 de marzo de 2013

Son inseparables...

"... -¡Cómo la memoria puede almacenar datos tan inútiles! -dijo- ¡Tendría que descartarlos por su cuenta, dejar paso a los recuerdos necesarios!
- Es que son inseparables -le dije-. Usted no puede separar a sus amigos de las estupideces que vivieron. No hay modo.
- No hay modo -repitió Traúm."

(Fragmento de Tres mosqueteros, de Marcelo Birmajer)

viernes, 8 de marzo de 2013

¿Quién sos?

" Tarde en mi vida había descubierto que nada nos aleja tanto de una posible verdad como el afán de "buscarse a sí mismo".
Lo curioso de esta presunta búsqueda introspectiva es que, cuando la padecemos, creemos que nuestra alma es un continente quieto, inmodificable, que nos estará aguardando pacientemente hasta que lo encontremos. Y lo cierto es que nadie sabe quién es. Apenas si somos nuestros actos, y éstos varían radicalmente ante el menor asomo de que, a partir de ellos, enhebremos cierta certeza personal.
Nadie sabe quién es. Por eso, lo mejor es andar despacio y sin demasiadas esperanzas. Tal vez, el paraíso sea el lugar donde nos entreguen un folleto que dice con claridad quiénes éramos, qué queríamos y por qué no logramos conseguirlo.
(...) Eso era todo lo que me quedaba luego de treinta años de vagar por el desierto de la duda."
Tres mosqueteros - Marcelo Birmajer

domingo, 21 de octubre de 2012

Lluvia


Compañera de recuerdos
has venido a visitar
a concientes soñadores
que esperan ansiosos tu llegada,
para revivir con tu rocío
momentos lejanos, sin retorno,
sueños perdidos, corazones ganados.
Consoladora de oprimidos corazones.
Compañera de presentes.
Humedeces las almas que esperan,
riegas la semilla de paciencia,
tienes belleza propia.
Congelas caminantes que buscan
la calidez de un hogar lejano.
Corres a muchos con tu fuerza
sin dejarlos contemplarte.
Compañera de ilusiones,
porque siempre volverás
así te doy las gracias,
amiga de la naturaleza,
hermosa de la cabeza a los pies,
por dejarme soñar mientras estás,
por llenarme nuevamente de ilusiones
hasta el día que volverás.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Mea Culpa

Hay varias ramas para recorrer en este gran árbol que fue creciendo desde hace más de diez años. El pobre ser fue invadido por algunas pestes durante su crecimiento, y varias ramas fueron podadas y otras cayeron solas, para que el árbol siga creciendo con fuerza. 
Ahora está enfermo de nuevo, sus hojas siguen cayendo como lágrimas que manifiestan su dolor. Pero las raíces siguen ahí, fuertes, subrepticiamente vivas por debajo de lo que se ve a simple vista.
No pretendo poetizar hoy, pero esta metáfora representa nuestra amistad como una unidad, como algo vivo que hay que cuidar, podar y regar para verla florecer, y para que se vuelva un árbol fuerte, pero flexible, que no sea tumbado por cualquier tormenta. Un árbol de esas maderas que perduran por más de cien años, firmes y resistentes. Así me la imagino, así considero que son las relaciones cuando queremos que perduren y no mueran en la sequía de la rutina.